lunes, 19 de mayo de 2008

De la inmensa obscuridad de la noche


Los recuerdos brotan repentinamente del olvido, remecen el alma y azotan al corazón... Vienes del pasado como sombra cautelosa, silenciosa en la inmensa agonía de nuestras vidas... ¿Por qué regresas si sabes que tu presencia me lastima? Eres mi temor infantil y un deseo oculto que emerge de las profundidades de las tinieblas para llamarme sin sentido. Lo que un día deseé con fervor hoy es algo muerto más para mi mente que para mi corazón... intento arrancarte de lo más intrínseco de mi ser, pero decidiste ser mi tormento. ¡Dónde estabas cuando te amé! En los rincones de la vida, fingiendo no existir, porque era más fácil guardar silencio... ¡cobarde, traidor!


¿Sabías que sólo tú inspiraste mi alma? Que no podía vivir sin sentir tu presencia, que me perdía en un recuerdo vacío, sin sentido, olvidado por el mundo, incluso por ti, pero aún así, yo seguía envenenada de tu cuerpo deseando ver tu rostro, sentir tu aroma, escuchar tu voz... pero nada... sólo vacío y soledad, rodeada de remordimiento, de culpa, de tristezas y temores...




Para ti fue un juego, para mí la vida... ¿dónde estabas esas noches que soñaba tu cuerpo? ¿Dónde, dónde?


De repente apareces como ladrón en la noche y me robas la calma, me robas la paz... cuando todo ha sido olvidado regresas para reclamar un corazón que juré sería tuyo y un cuerpo que le he entregado a alguien más...


La vida es cruel, pero la venganza es dulce, he bebido de su néctar tantas veces que vendí mi corazón a cambio del olvido... quien lo compró se adueñó de mi alma y borró tu esencia de mi corazón. ¡Tantas lágrimas derramadas, tanto dolor! Y una sola mirada fue capaz de curar mis heridas, de proteger mi alma y de conquistar mi amor...




Apareces de la nada, como un recuerdo doloroso que debiera permanecer enterrado, emerges de la profunda obscuridad de la noche y te das cuenta de que no eres tú a quien amo yo. Tus recuerdos han sigo guardados en el lugar más recóndito de mi ser, al abrirlos provocan nostalgia, al olvidarlos se calma mi alma.


Tus caricias habrían sido la ponzoña que embriagaría mi vida, hoy serían nada... sólo el triste lamento de algo que pudo haber sido un error fatal. Eres la sombra de mi corazón empañando mi felicidad, eres la inspiración perversa...pero para ti ya no quedan más que palabras sin sentido...


Así como vienes te vas, desatas una tormenta de emociones dentro de mi cuerpo y te marchas, ése es tu juego, no querer ser olvidado, pero así como tú te desvaneces en medio de la noche, yo renazco de las cenizas...




1 comentario:

Anónimo dijo...

Amiga...
Me encanta lo que escribe, son cosas que expresan tantos sentimientos y, a su vez, ayudan al que lee a comprender los propios.
Es usted una persona muy talentosa,
siga así y logrará grandes cosas.
La quiero mucho.

Su amiga Edith....