miércoles, 30 de abril de 2014

Sin título 30/04/2014

He caído en lo más profundo del abismo, presa de la más intensa agonía. No hay mucho que pueda hacer al respecto, sólo sentir las llagas calientes que permanecen en mi cuerpo.
Aquellos ojos pardos han visto manchar sus manos con la sangre inocente, han sido testigos de su crueldad inminente, de su falta de arrepentimiento. Ha destruido lo poco que había recuperado de mí, ha desaparecido esta noche sin luna.
Por fin había rescatado algo de mi alma, por fin había vuelto a recuperar parte de mi esencia y ¿debía ser arrebatada así? ¿sin más, sin contemplación? Desterrada en las tierras de la desesperanza, sumida en la ausencia de emociones, rodeada de la oscuridad infinita del silencio, abrazándome a mi misma en desconsuelo.
Si pudiera recoger cada uno de los pedazos y volverlos a armar, aún así, nunca volvería a ser igual.
Volverá, entonces, a mantener la mirada fría y el corazón muerto.