lunes, 2 de octubre de 2006

Algo de 2006

¡Silencio! Lo más preciado en momentos tortuosos que corrompen la esencia de mi ser. Cada escrito proveniente efectivamente del alma mía, son cánticos ilusorios y sinceros de mis deseos. ¡Ay, si no encontramos la paz tan añorada por nuestros espíritus! Enloquecemos irremediablemente, nos angustiamos. ¡Cuán frágiles somos si nuestras ilusiones se tornan deshechas por rudas presencias! Dependemos de un sueño, que aún sabiendo que son sólo eso, que en cualquier momento nos clavarán el puñal, preferimos valernos de algo que creemos con fe será eterno y efectivamente correr el riesgo de sufrir al despertar.